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2.11.08

Caracas: Categorías museales y Prácticas artísticas


Caracas: un museo
Sinopsis



Al revisar los atributos que la ciudad de Caracas posee, deviene la propuesta que la ciudad se comporte como su propio museo, como su teatro de la memoria. Es por lo cual presentaremos varias categorías de musealización de las manifestaciones artísticas que usan la ciudad como soporte. Una muestra de la ciudad como museo, como sustrato de las tradicionales y nuevas tendencias de la plástica urbana. Así mismo buscamos mostrar como en la actualidad, las expresiones artísticas tratan, en contra todos los pronósticos, reflejar la identidad y vocación artística de la ciudad.


Categorías museales y prácticas artísticas.



La ciudad de Caracas es considerada una urbe moderna, la gran cantidad de edificaciones construidas en los años 50 que conforman el paisaje, época en la que el movimiento moderno se consolida dentro del entorno urbano de la ciudad, nos dan muestra de esto. La retícula de carácter colonial predominante a principios del siglo XX se vio desconfigurada por el auge de la modernidad y los procesos de conurbación de las urbanizaciones de campo que se sumaban a la ciudad, la inclusión de grandes avenidas, autopistas y las nuevas edificaciones, constituyeron un cambio radical y descontrolado de su crecimiento. En el marco de la ciudad contemporánea las nuevas tendencias nos refieren inmediatamente a considerar las pasadas, una ciudad formada a especie de collage, superposición de capas de diversas intensidades, formas y usos. Caracas, ciudad que otrora fuera la de los “techos rojos”, es ahora un cúmulo de sucesos, tipológicamente postmoderna, no por convicción sino por accidente, dibujada sobre la arquitectura moderna, posee numerosas peculiaridades que merecen ser rescatadas, revalorizadas y sobre todo comunicadas y difundidas.

Caracas posee invaluables atributos que la constituyen como una ciudad contemporánea en constante crecimiento. Con el paso del tiempo la ciudad ha mutado, llegando a ser cúmulo de situaciones, a veces incomprensibles para el estudio humano y social. Sin embargo parece siempre dispuesta, susceptible y sedienta de análisis.

La amada por muchos, y a veces odiada por algunos, la ciudad de Caracas, es siempre fuente de controversiales críticas a nivel urbano, arquitectónico, social y cultural. Lejos de alejar a sus detractores tiende a acercarlos en busca de posibles soluciones a sus tan innumerables problemas. Sin embargo pareciera que es inmune a sus críticos y que continúa siempre proporcionando temas de los cuales hablar y reflexionar. Giandomenico Amendiola comenta en su libro La ciudad postmoderna que:

En la ciudad cada parte o aspecto, cada lugar o red de lugares es el resultado de toda la historia precedente. Vivir la ciudad significa pues establecer una relación, consciente o inconsciente, critica o pasiva, con el pasado.


En este collage cohabitan fragmentos de la Ciudad de Caracas en un solo lugar, algunos de ellos; la arquitectura y el arte, generan circunstancias espaciales gratificantes y de significativo valor espacial por sus condiciones físicas, sociales y culturales.

Al utilizar, la ciudad de Caracas como fundamento o propósito de investigación, surgen innumerables temas al respecto, tantos como habitantes con ganas de hacerlo existan. Algunos de los que se me ocurren son los siguientes:

La ciudad de Caracas como fuente de sentido plástico: comprende las manifestaciones artísticas, desde sus primeras incursiones inspiradas y generadas con la ciudad de Caracas como tema o fundamento.

Caracas ha sido, desde principios de los tiempos, fuente de inspiración creadora. La generosidad del valle sumada a la imponencia del Ávila como límite norte -con sus cambiantes colores a lo largo del día o épocas del año- sirvió de musa para los artistas. Desde principios del siglo XX y hasta los años 50, fue sin duda uno de los temas de mayor trascendencia, el principal reto para los artistas de momento, era plasmar en el lienzo, la majestuosidad de formas, tonos y atmósferas, con pinturas al aire libre que emulaban la corriente impresionista mundial.

A lo largo de la historia, diversos movimientos artísticos se manifestaron a través de la representación fiel de la realidad, luego de exploraciones personales, se descubre la plástica como herramienta de comunicación, modo de expresión de las búsquedas individuales de cada artista.

Luego de El Ávila como inspirador han surgido también las edificaciones relevantes o las situaciones particulares de la ciudad como motivadores o detonadores de propuestas plásticas. La crítica reflexiva que muchos artistas han realizado a través de sus obras, de las fallas o aciertos de la modernidad ha contribuido a re-pensar muchas de las soluciones arquitectónicas, físicas y sociales que le hemos dado a nuestros problemas.

Así mismo, y gracias a los avances tecnológicos, vemos con entusiasmo cómo las situaciones cotidianas son recreadas por un colectivo que vive y padece la ciudad, colectivo éste, que sin pretensiones artísticas, generan propuestas sirviendo de catalizadores por sucesos o acontecimientos propios de esta ciudad

Experiencias como la Escuela de Caracas y todos sus artistas involucrados, artistas como Cabré o Martin Tovar y Tovar. Le siguen artistas más contemporáneos como Antonio Lazo, Nelson Garrido, Muu Blanco, Hayser Brea, Jaime Castro, Matías Pintó, Daniel Medina que son representativos o poseen obras en las que la ciudad es el detonador o la fuente del sentido plástico. Esto por nombrar algunos, ya que dentro del arte venezolano son muchos los que podemos incluir cuando la ciudad de Caracas es inspiradora del arte.

Se busca indagar y descubrir acerca de la fuente de inspiración y sentido, cómo a través de diversos lenguajes plásticos se encuentran elementos coincidentes con el objeto origen de la inspiración. En Caracas son recurrentes temarios como El Ávila, las edificaciones modernas, la flora, la fauna, los símbolos, los anuncios, la particularidad de los letreros y avisos, incluso personajes que hacen vida pública de la ciudad, son objeto y sujeto de la plástica urbana.

La ciudad de Caracas reconocida como tema de estudio: Abarca todo lo que artistas, arquitectos, urbanistas, filósofos, sociólogos, antropólogos, geólogos, biólogos, historiadores, cuentistas y otras disciplinasque tratan la ciudad han hecho por y para la misma.

Se mostrará los componentes que conforman la Ciudad, desde de la investigación (social, urbana, antropológica, geológica, arquitectónica). En esta investigación se espera encontrar elementos que por la naturaleza de sus exploraciones sirvan para ejemplificar situaciones de la ciudad como la evolución de la Ciudad, buscando explicar los diversos estudios morfológicos y de desarrollo que se hayan realizado, mostrando tópicos como la conformación y desarrollo de la retícula originaria, la organicidad, la conurbación y otros fenómenos formales del crecimiento y asentamiento de las ciudades modernas. Así como servir de registro de lo que la ciudad como tema de estudio genera.

Ahora abordaremos el tema de las categorías museales y las prácticas artísticas que la ciudad de Caracas nos ofrece, y que son realmente el motivo de esta ponencia.

A raíz de la admiración de los atributos que Caracas ofrece surge la idea de convertirla en su propio museo, a fin de manifestar y estrechar la necesaria relación entre los habitantes y su ciudad. Apuntalándonos en el texto de Giandomenico Amendiola donde dice: “La ciudad se convierte en museo y alegoría de la historia de si misma”.

El ámbito que corresponde a La ciudad de Caracas como soporte para las tradicionales y nuevas tendencias de la plástica urbana; se refiere a aquellas manifestaciones artísticas que por su naturaleza utilizan la infraestructura existente en la ciudad como plataforma o soporte de exposición.

Mostraremos las manifestaciones artísticas y sociales que usan a la ciudad como plataforma, como es el caso del arte mural en las edificaciones de los años 50, la novedad de los años 70 de incorporar obras de arte a los espacios públicos de los edificios institucionales, el arte vial y las caraqueñografías o iconografías publicitarias de la ciudad.

En la época actual, las nuevas tendencias han cambiado los esquemas bajo los cuales estábamos acostumbrados a apreciar el arte, el arte sale de los museos y galerías para manifestarse de innovadoras y diferentes maneras, apropiándose de espacios que no le “pertenecían”, incluso llegando a cambiar nuestra consideración de lo que arte significa. Como Hugo Gaggiotti dice en su articulo “Háblanos de la ciudad”: “Una ciudad no es independiente de las representaciones que se hagan de ella”.

La exposición en la ciudad de la ciudad, significa la reconsideración de la noción de arte, aludiendo a Jean Michel Basquiat “Una obra de arte se compone de los mismos ingredientes que un graffiti: garabatos, símbolos e ironía”, a raíz de esto se abren puertas a futuro, a muestras de manifestaciones artísticas de arte público como lo son: grafittis, artes de calle, sin dejar de lado expresiones actualmente aceptadas como performances o happening. Por lo tanto: “… toda expresión sobre la cual pueda producirse el discurso urbano es un texto urbano, un producto cultural de la ciudad.

La muestra que no se limita sólo a mostrar la historia artística de la Ciudad, si no también, a mostrar cómo Caracas es capaz de evolucionar, mutar y contarse, en sinergia con las nuevas corrientes plásticas y sociales de nuestra época.

Las categorías museales que mostraré en esta ocasión son de tres tipos: las obras incorporadas a la arquitectura, el arte público y las caraqueñografías.

La categoría de las Obras incorporadas a la arquitectura se refiere cuando la edificación arquitectónica posee valores adicionales a las consideraciones espaciales propias. Es decir, tienen algún elemento de carácter plástico que es bien mantenido por ser o formar parte de su infraestructura y concepción espacial, con lo que se nos brinda la oportunidad de generar recorridos de revalorización del arte y concientización del espectador. Dentro de este caso existen 3 sub-categorías: El muralismo, los elementos decorativos ornamentales aislados y las piezas decorativas funcionales o involucradas al espacio arquitectónico.

En el Muralismo encontramos diversas naturalezas de obras que van desde el mosaico hasta la instalación. En el Mosaiquismo destaca el trabajo de Enio Tamiazzo, artista italiano nacido en Padova que vivió en Caracas por un período de 10 años, en la época de los cincuenta, durante estos años se encargó de generar obras de gran importancia plástica en las fachadas ciegas de las edificaciones, es relevante tanto por la técnica; diminutas piezas de mosaico italiano de diversos colores que, por repetición, abarcan grandes superficies verticales, como por los motivos que representaba.

Estos murales de mosaico relatan una historia y un tiempo específico en la conformación de la ciudadanía, cuando el crecimiento humano, pedía la construcción de edificaciones destinadas a vivienda, las mismas se realizaban en las urbanizaciones con mayor potencial de desarrollo, como lo fueron en su momento: Altamira, Bello Monte, Los Palos Grandes, Plaza Venezuela, Chacaito, Chacao, Las Mercedes, Los Chaguaramos, Av. Panteón, La Candelaria, San Bernardino entre otras, algunos de los edificios allí presentes buscaban poseer ese atributo que las identificara como únicas y las diferenciara de las demás.

En Venezuela, en contraste con otros países en los que también el arte mural se desarrolló como México o Argentina, la condición de realismo social no está vinculada a la protesta en el sentido revolucionario, como es el caso mexicano, o al religioso como en Argentina, sino a una representación de diferentes situaciones sociales, tipos y clases del individuo. Los personajes de estos murales caraqueños presentan notables características fenotípicas del indio, del negro y del blanco, en nuestro caso no se hace referencia a las diferentes clases sociales de campesinos y burgueses, más bien parecen exponerse para recordarnos siempre la pluralidad y diversidad que conforma nuestra sociedad mestiza. En el aspecto formal, las representaciones humanas están acompañadas de elementos gráficos de múltiples colores con figuras geométricas, líneas y ángulos, que se vinculan y transitan en la obra, con la presumida intención de generar pausas en el recorrido visual, así como acompañar a los personajes, que en su eterna ubicación elevada, nos observan silentes en nuestro día a día.

Otra de las muestras del muralismo son algunas piezas realizadas a modo de instalación en las que observamos composiciones geométricas en bronce, o grabados sobre el friso a modo de impronta, de este tipo de murales destacan los presentes en la urbanización Sabana Grande y la Alta Florida.

También existen obras que llamamos Elementos decorativos ornamentales aislados, algunas de estas obras por la naturaleza de su concepción y ubicación en las edificaciones que le sirven de albergue, pueden recibir el calificativo de “Zarcillos”, “pendientes”, “prendedores” o “encargos”, ya que constituyen elementos decorativos colocados posteriormente en los espacios exteriores de las edificaciones. A modo de ornato público, estas obras corresponden mayormente a la época de los años setenta, período en el que la ciudad vio crecer su infraestructura con edificaciones institucionales, sedes de importantes empresas y bancos, en pleno auge de la bonanza petrolera y la conformación de importantes capitales privados. Al parecer existió un decreto en el que se obligaba a este tipo de edificaciones a colocar obras de arte en los espacios públicos adyacentes a su infraestructura, a fin de que se colaborara con el embellecimiento de la ciudad. De esta iniciativa tomaron auge los artistas más solicitados, bien por su trayectoria o por estar de moda, artistas como Rafael Barrios, Víctor Valera y Carlos Cruz Díez entre otros. Se consolidó implícitamente una relación simbiótica entre el renombre de las empresas y el renombre de los artistas, en los que ambas partes se veían favorecidos.

En las Piezas decorativas funcionales o involucradas al espacio arquitectónico, encontramos obras que por su relevancia o ubicación son imprescindibles para la edificación que las alberga, bien sea porque están diseñadas específicamente para el lugar de su implementación, porque sirven de cerramiento o simplemente porque sin ellas la edificación perdería valor espacial, son obras que pretenden, en algunos casos de manera satisfactoria, seguir el ejemplo de la síntesis de las artes. Los artistas más representativos de esta categoría son Jesús Soto, Oduardo Rodriguez, Gego, y algunos no identificados.

Las representaciones de carácter público presentes en la Ciudad van desde la estatuaria, hasta los intentos de arte público, que llevado por la desidia de sus cuidadores son sólo restos cadavéricos de un gran elefante blanco que no logró su objetivo social de contemplación y admiración, donde sus carroñeros sólo vieron en él, grandes fuentes de material de reciclaje, dañando de manera irreversible las obras públicas. Parece casi imposible encontrar un ejemplo de Arte público que no haya sufrido las agresiones del hampa, afortunadamente hemos podido recuperar muchas de estas obras con restauraciones que en realidad son réplicas, en detrimento de lo que la obra original poseía.

Estas obras de arte público suelen estar ubicadas en espacios de alto tránsito bien sea vehicular o peatonal, han sido usadas para enaltecer zonas deprimidas, para resaltar la incursión del Metro de Caracas como el gran urbanizador de la ciudad o simplemente para demostrar la gestión de determinados alcaldes. Son muchas pero necesitamos más para que sean realmente representativas, entre las más significativas está el Mural en mosaico de cerámica en la autopista Francisco Fajardo a la altura de Plaza Venezuela de Pedro León Zapata, titulada Conductores de Venezuela, por representar con su particular estilo a los ilustres de la cultura venezolana de todos los tiempos.

También están Los Paseantes de la Cota mil los cuales cuando crece la vegetación que les rodea dejan de ser percibidos. Así msmo esta el Mural de Juvenal Ravelo en la parte baja de la Avenida Libertador que ha sido varias veces repintado y que constituye según mi criterio la pretención de una vuelta del cinetismo.

Las obras de Plaza Venezuela; el Abra Solar de Alejandro Otero, y la obra de Cruz Díez que acaban de ser por fortuna replicadas ya que ambas sufrieron estragos del vandalismo. Aún se espera por restauración El Monumento a Colón en el Golfo Triste de Rafael de la Cova develada en 1899 y que correspondía a una de las obras estatuarias más antiguas de la ciudad, que aún permanecía en su estado original, esta obra reforzaba el nombre de Paseo Colón dado a esta zona que va desde la salida del Parque los Caobos hasta la Plaza Venezuela. Ahora será el Paseo Katugua y que se rediseñará según el concurso de arquitectura que ha sido recientemente otorgado.

En la Autopista del Este a la altura de la Urbanización Santa Rosa de Lima se ejecutó un mural a partir de un concurso público auspiciado por la Alcaldía de Baruta en el que se invitaron a los artistas de gran escala más importantes para el momento y que fue ganado por Patricia Van Dalen, de nombre Jardín Lumínico. La última de estas obras original construida está ubicada sobre un muro de contención del Distribuidor Altamira y es obra de Victor Hugo Irazabal, titulada Entramados, construida igualmente con mosaico de cerámica.

En toda ciudad existen elementos referenciales e iconográficos para sus habitantes, estos elementos los suelo llamar Caraqueñografías, ya que por su naturaleza, ubicación, trayectoria y entorno sirven de referencia para los ciudadanos y que construyen una colección de imágenes de la ciudad. El Ávila es sin duda el mayor elemento geográfico y referencial, así mismo existen avisos publicitarios que por su tradicional ubicación, se han consolidado en el imaginario colectivo del caraqueño, convirtiéndose sin duda en referente e iconografía de la ciudad, como es el caso de la valla de Coca Cola en Plaza Venezuela, la lata de Nivea de la autopista o el símbolo de Savoy de Bello Monte. Igualmente una serie de anuncios publicitarios soportados por grandes estructuras de hierro sobre algunas edificaciones se mantienen a pesar del paso de los años y forman parte del imaginario colectivo del caraqueño.

Existen muchos otros elementos a considerar a la hora de musealizar la ciudad, diversos espacios de investigación como: la Arquitectura, la Estatuaria, la Fontanería, los Vitrales, los Patrimonios humanos culturales, el Grafitti, el Performance (teatro de calle), las Exhibiciones circenses, el Arte corporal, la Moda, el Video arte, las Tribus urbanas, el Arte sonoro (Música, Rap, Hip Hop), la Publicidad como un nuevo espacio de expresión, el Arte electrónico, la Gastronomía, el Intervencionismo (cartelismo), la Literatura, los Festivales de las artes dentro de la esfera pública, los espacios de representación, las estructuras escolares, los y la Ciudad Universitaria de Caracas, ya que algunos de estos temas por su magnitud, relevancia e importancia merecen una consideración exclusiva.

La selección de estas categorías museales acá presentadas corresponde simplemente a la búsqueda que a través del reconocimiento de las obras, de su existencia, importancia, relevancia para la plástica nacional o internacional, valor estético y social en la ciudad, se comience el largo camino civilizatorio que como sociedad apenas iniciamos. Se espera que a través del respeto por las obras reconocidas y sentidas como propias, el ciudadano común transforme traslados cotidianos en recorridos de contemplación artística, que se tome el tiempo de mirar y observar que la ciudad está colmada de muestras de arte, que se sensibilice y agudice sus sentidos para que educando su capacidad de observación seamos los ciudadanos que Caracas como ciudad museo merece.

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