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12.3.11

La restauración y las Obras de Arte Urbano en Caracas.



En el ámbito de la ciudad contemporánea son muchos los que han estudiado el tema de la urbanidad, de la sociedad, de la metrópolis como sucesos sociales y culturales vinculados con su soporte natural urbano, el espacio público. Algunos consideran el papel del arte urbano como uno de los elementos aglutinantes de la conformación de la ciudadanía y por consiguiente del espacio público. Pero son pocos los que evalúan como el paso del tiempo, el cambio en los ideales sociales, la perdida de los valores ciudadanos, el hampa y la desidia actúan sobre las obras de arte urbano destruyéndolas o deteriorándolas de manera lamentable. ¿Cómo se crea consciencia social para el respeto del ornato público?, ¿Es factible fomentar educación cultural de sociedades en deterioro? ¿Qué podemos hacer para velar por el rescate y conservación de obras de arte público? ¿Recuperando o restaurando las obras de arte público de recupera también el sentido de pertenencia? ¿Podemos confiar en los criterios de selección restaurativos cuando se crea diferencias en torno al valor de la obra de arte en el espacio público? ¿La memoria urbana y la historia dependen de políticas culturales plurales? ¿Quién restaura y qué se restaura? Son algunas de las interrogantes que nos planteamos en relación a la restauración de obras de arte en espacios públicos en el caso específico de la restauración en Venezuela.

El Escenario Urbano.

El espacio público es el lugar donde cualquier persona tiene derecho de circular, es el espacio de propiedad, dominio y uso público que nos pertenece a todos por igual. Es el escenario de interacción cotidiana, el soporte físico de las actividades que tienen por fin satisfacer las necesidades urbanas colectivas, lejos de los intereses particulares. El espacio público posee para el ciudadano una dimensión social, cultural y política y es el lugar de la vida urbana, de las relaciones sociales, de la expresión comunitaria, del consenso y la identificación.

Es Manuel Castell en una conferencia celebrada en Barcelona para la 5ta. Bienal de ciudades y urbanitas de Europa (2003) quien plantea la “importancia del espacio público… …como espacio de comunicación donde la gente pueda volver a estimarse otra vez en esta época de globalización y de cómo los monumentos eran esenciales en la apropiación simbólica de este espacio público por parte de los ciudadanos…” esta es la frase que tomamos como detonador de nuestra reflexión, que girará en torno a la restauración de las obras de arte público presentes en la ciudad de Caracas, fundamentalmente en la recuperación del espacio urbano de Plaza Venezuela.

Un poco de historia acerca de la Plaza Venezuela.

El Parque Los Caobos es en 1934 el extremo de la ciudad y se convierte en el camino de enlace entre la ciudad histórica y la expansión del este. Todos deben pasar por lo frondoso de su calle principal para ir a las periferias. En 1936 empieza a modelarse la ciudad moderna, tal como hoy la conocemos, en los propios umbrales del movimiento moderno a nivel mundial. La ciudad en crecimiento representa la oportunidad, el laboratorio y el escenario idóneo político, económico y social está dado. Este es el momento histórico que rodea la creación de la Plaza Venezuela en 1940, la cual fue durante varias décadas el centro geográfico de la ciudad de Caracas.

El sector de Plaza Venezuela fue diseñado como espacio urbano y ejemplo de la moderna “Urbe Ideal Latinoamericana” luego de varias modificaciones -de forma- a lo largo del tiempo; se conformó a partir del Plan de Recuperación de áreas afectadas del Metro de Caracas en 1983, como un paseo peatonal y distribuidor vial que alberga varias obras de arte, entre ellas la fuente con iluminación nocturna -y ahora sistema musical- de Santos Michelena, el Monumento a Cristóbal Colón en el Golfo Triste, de Manuel De La Cova, la Fisicromía homenaje a Andrés Bello de Carlos Cruz-Díez y la escultura Abra Solar de Alejandro Otero. Pero el abandono y la delincuencia afectaron dramáticamente sus paisajes por lo que entre 2007 y 2009 PDVSA Centro de Arte La Estancia llevo a cabo un plan de restauración de algunas obras.

Del momumento a la obra de arte.

En la busqueda de definir el ámbito de acción de esta reflexión, aclaramos que todos los elementos acá presentados son valorados como Obras de Arte, sin detenernos, por los momentos, en la reflexión propuesta por Lewis Mumford acerca de la dicotomía entre formas arquitectónicas modernas y monumentos, en la muerte de este o en su renovación. Son todas por lo tanto Obras de Arte Urbano, y serán consideradas desde esta premisa.

La valoración de la obra de arte urbano.

Las obras de arte urbano suelen tener diferentes modos de valoración, que van mas a allá de la calidad estética de los objetos como piezas individuales repartidos sobre un determinado territorio, incluso superan con cierta ambigüedad las clasificaciones y las teorías comparativas de lo que es considerado como arte, en esto yace la dificultad de una valoración colectiva de algunas piezas. En la valoración de la obra de arte urbano se encuentran a la par la importancia o relevancia del artista ejecutor, de la calidad de la pieza realizada, del paisaje como receptor o de la ciudad como soporte; el ciudadano como espectador y la colectividad que se identifica con la obra apropiándose de la misma, reconociéndola como parte de su cotidiano, construyendo con sus paisajes la memoria urbana.

La obra de arte en el escenario público es de y para el disfrute de todos, de la cual los ciudadanos son responsables y veladores, sin embargo no dejan de ser responsabilidad del estado. El paso del tiempo y el clima son implacables en el efecto devastador que tienen sobres las obras de arte público, esto demanda una mayor protección de las mismas, viendo la necesidad de conservarlas para garantizar su mantenimiento.

El caso de Plaza Venezuela tiene la particularidad de ser un espacio urbano diseñado, o al menos pensado, para satisfacer una necesidad urbana. Está conformado por dos zonas muy diferenciadas, una es ciertamente un espacio residual entre dos avenidas de diferentes alturas (llamaremos zona A), la otra es el área de la antigua rotonda que, a criterio de los diseñadores urbanos que participaron en el proyecto del Metro de Caracas, dejó de tener una función distributiva para ser tangencial a la movilidad vehicular de la zona (zona B).

Las piezas de arte ahí colocadas si bien no fueron todas diseñadas para ocupar ese espacio, empezaron a dialogar entre si bajo un discurso único. Cabe destacar que la decisión de colocar estas piezas, correspondió meramente al criterio de recuperar las áreas adyacentes o devastadas por la construcción del Metro de Caracas en la ciudad. Fue política cultural que el Metro proporcionara, además de desarrollo y masificación de medios de trasporte, entornos agradables para el ciudadano. A partir de esto se decide colocar las piezas de Alejandro Otero (Abra Solar) y Carlos Cruz Diez (homenaje a Andrés Bello) en la zona A, la más próxima al Parque Los Caobos. Para su disfrute se diseñó un paisajismo y recorridos peatonales, que integraban también una estatuaria pública, preexistente en la zona, de Manuel de la Cova (Colón en el Golfo Triste) con la Zona B en la que está ubicada la Fuente Plaza Venezuela de Santos Michelena.

A continuación presentaremos la descripción de cada una de estas obras que conforman el conjunto urbano:

Colón en el Golfo Triste, de Rafael de la Cova; Fue erigida con motivo del cuatricentenario de la llegada de Colón a las costas de Venezuela, encargada en 1893 e inaugurada en 1904. Corresponde a una pieza en bronce, esculpida y fundida por su propio autor en la ciudad de Nueva York, que comparte un pedestal con tres alegorías. Su espacio urbano original sería una “Plaza/Boulevard Macuro” entre las esquinas de López y de Romualda, donde hoy está el cruce o paso a nivel de las avenidas Urdaneta y Fuerzas Armadas, Hannia Goméz en su blog se refiere a esta ubicación como “este monumento era la combinación de un memorial, de una columna conmemorativa y de un espacio público… Algo significativamente innovador para la Caracas de la época, y totalmente cónsono con los monumentos que por el aniversario del descubrimiento se estaban levantando en todo el continente.” En 1934 cambia su ubicación, y le da nombre al “Paseo Colón” el cual gana monumentalidad con la ubicación sobre una colina ajardinada de la pieza de Cova.

Abra Solar, de Alejandro Otero; realizada para la Bienal de Venecia de 1982, fue presentada en Italia con su gemela “Aguja Sola”, la obras fueron elaboradas en aluminio, en la ciudad de Paris ya que en Venezuela en ese momento no se contaba con la tecnología necesaria. Consta de una estructura de hierro dentro de las cuales giran con el viento 33 “mariposas” de aluminio.

Fisicromías Homenaje a Andrés Bello, Carlos Cruz Diez; realizada como “…conjunto escultórico, en 1982 por encargo del Metro de Caracas como envoltorio estético para los ductos de ventilación, es una estructura de aluminio anodizado y una serie cromática en tonos verde, azul, rojo y naranja, reproducida en cerámica opaca, que al ser vista en movimiento produce un efecto óptico que varía de acuerdo con la incidencia de la luz y al punto de vista del espectador….”

Fuente de Plaza Venezuela, Santos Michelena; La primera fue hecha por Ernesto Maragall en 1940, la segunda en 1950 por Luis Roche, y la tercera por José Miguel Galia, otro gran estructurador de la ciudad en 1970. La cuarta y última modificación se hizo en 1983 por Santos Michelena, a fin de sustituir la anterior cuando los trabajos del Metro de Caracas reacondicionaron el entorno de Plaza Venezuela. Correspondía a una pileta de concreto, que a través diversos chorros de agua colorada por medio de luz, dinamizaban el espacio público.

El Canibalismo Urbano.

Y corrió el tiempo en una agitada urbe metropolitana, una ciudad progresista que crecía desmesuradamente, 20 años en los que estas obras pasaron de ser innovación a ser tan cotidianas como invisibles, a desmembrársenos frente a nuestros propios ojos. Comenzamos a perderles el respeto, la admiración y dejó de importarle al ciudadano común lo que sucedía alrededor de ellas. La otrora expresión de “ciudad ideal”, la obra de arte que ornamentaba la ciudad de todos, pasó a ser por un canibalismo urbano: fuente de materiales de reciclaje.

Estas obras de impecables piezas de aluminio, fueron día a día desmanteladas por carroñeros urbanos que consumieron sus piezas hasta que no quedaron más que esqueletos, cadáveres de arte público. En el año 2004 ya habían desparecido completamente las mariposas del Abra Solar y se contaban con los dedos de una mano las láminas de la Fisicromía Homenaje a Bello. Otra como la Fuente, por la desidia de sus responsables, perecieron por la falta de mantenimiento, dejo de correr el agua, sus tuberías se pudrieron y los sistemas hidráulicos fueron sustraídos nuevamente por amigos de lo ajeno, de esta grandiosa obra de ingeniería hidráulica quedó solamente el tambor de concreto, que al permanecer sin agua por mucho tiempo, se fisuró de manera irreparable. El hecho más lamentable le aconteció al Colón en el Golfo Triste, el cual fue derribado por una turba de personas que llevadas por la euforia y la intolerancia lo bajaron de su pedestal en un acto ruin, igualmente cargado de vandalismo, que nunca fue castigado o peor aún, tuvo la anuencia de las autoridades.

Restauración, Rehabilitación o Reconstrucción.

Ante la inminente desolación y deplorable apariencia de una zona urbana importante, muy visitada, el gobierno municipal propone en diciembre de 2006, la “Restauración Integral de las obras escultóricas de Plaza Venezuela y el Paseo Colón”, mediante una alianza entre la Alcaldía de Caracas y Pdvsa, del Centro de Artes La Estancia. Tomará más de dos años y medio ver parte de esta promesa hecha realidad. Algunas de las obras de Plaza Venezuela han vuelto, las mariposas de Otero vuelven a girar con el viento, la Fisicromía de Carlos Cruz Diez devela colores con el movimiento y la fuente ahora además de agua de colores tiene música y entona el alma llanera algunas noches.

En noviembre del 2006 se colocan cercas alrededor de las ruinas con los nombres de las obras a recuperar en gigantografías que anunciaban una pronta recuperación. Pero ¿Cómo se llevó a cabo esta restauración y bajo que criterios teóricos, técnicos, éticos y estéticos fue realizada? Evaluaremos cada proceso restaurativo en particular, siguiendo el orden en el cual fueron develadas las nuevas obras.
Abra Solar, Alejandro Otero; En noviembre de 2007 y después de un año de trabajos fue entregada en un acto público la obra restaurada a la ciudad, luego de una inversión que alcanzó la suma de 3 millardos de bolívares. Esta restauración fue realizada por un equipo interdisciplinario de profesionales (arquitectos, ingenieros, artistas, herreros) entre los que se contaba con Gil Otero (hijo del artista) quien participó en el montaje de la obra original, y el Ingeniero Mikel Arbeloa, proyectista original de la obra. Este proceso de restauración -con una reconstrucción parcial- se llevó a cabo mediante una combinación de las teorías de restauración histórica y científica, más cercana a la restauración crítica propuesta por Bonelli, que conjuga lo mejor de ambas e incorpora los motivos emocionales y culturales; Histórica porque hubo que realizar una investigación previa que permitiera conocer la naturaleza de la obra, su concepción espacial, los materiales con los que fue realizada para esto los restauradores tomaron como base la obra “Aguja Solar” que correspondía a una pieza gemela del “Abra Solar” y que orientó el estudio de las astas, la realización del prototipo de las astas el cual duró cuatro meses, y Científica porque debieron realizarse pruebas climatológicas y de instalación a las astas que permitirían comprobar que estas piezas prefabricadas, como copia fiel de la obra gemela, podrían tener la misma agilidad que aquellas de la pieza original, las nuevas astas fueron realizadas esta vez en un taller venezolano ubicado en Filas de Mariche. Desconocemos que tipo de adecuaciones hubo de recibir la estructura de soporte para recibir las piezas nuevas. Para la colocación de estas piezas se trabajó en sitio a fin de que la comunidad viviera paso a paso el montaje de la obra y reforzar así su sentido de pertenecía, esto es lo que Bonelli plantea con su teoría una recuperación también del sentido de pertenencia.

Fisicromías Homenaje a Andrés Bello, Carlos Cruz Diez: La rehabilitación de la obra duró 15 meses y la inversión alcanzó un monto de un millón ciento cincuenta mil bolívares fuertes. Igualmente fue un equipo de arquitectos, ingenieros y constructores el que garantizó la fidelidad y calidad requeridas para la restauración de la pieza. La misma contó con la supervisión del taller Cruz Diez y la asistencia del artista plástico y museografó José Armando “Nanín” García, conocedor de las técnicas aplicadas por el maestro Carlos Cruz Diez. La restauración en este caso, podríamos entenderla como una restauración en estilo pero a su vez se realizó una restauración histórica-científica de los materiales y las técnicas de producción. La reconstrucción en estilo llevo a repetir y completar piezas faltantes de la obra original (que representaban un aproximado al 95%), una sustitución a fin de que la obra conservara su unidad arquitectónica, buscando que la restauración llevara la obra a ser tal y como estaba en su momento de esplendor de 1984. Para esto se requirió completar numerosas piezas que se repusieron -330 aletas y 660 suplementos de aluminio, 5 mil 280 tornillos y arandelas de medida especial, 300 metros cuadrados de cerámica estampada en policromía- así como el paisajismo original. Los aportes históricos y científicos se evidenciaron cuando se le solicitó a la empresa de cerámicas fabricante aplicar la misma técnica de estampado en boga hace 30 años, tanto como la consistencia del bizcocho de cerámica, actualmente en desuso a fin de lograr el efecto cromocinético de la pieza original. Como un aporte contemporáneo y en la búsqueda de que el efecto cinético pueda ser observado en horas nocturnas, se colocaron 22 proyectores asimétricos de luz blanca, fijados en nichos de concreto.

Fuente de Plaza Venezuela, Santos Michelena: la reconstrucción de esta obra llevo un período de dos años, fue la más costosa del conjunto 10 millones de bolívares fuertes. Esto se debió a que hubo que generar una quinta versión de la fuente con el diseño de la original del artista, quien por fortuna del equipo de trabajo, se encuentra vivo y participó de la reedición. Para esta versión se realizó un trabajo conjunto entre C.A. Metro de Caracas, la Electricidad de Caracas, C.A., la Alcaldía del Municipio Bolivariano Libertador y el artista. Esta nueva versión tuvo que realizarse en vistas de los resultados del diagnóstico realizado a la estructura original, en el que la pileta (estructura de la piscina) presentaba filtraciones, no estaba en buenas condiciones y debió ser demolida, lo que quedaba del sistema hidráulico, tenía 12 años sin funcionar y debió ser recalculado -que tiene siete aros para el bombeo- también fue sustituido, el sistema de drenajes reconstruido, en cuanto los medios de control e iluminación se incorporo tecnología de punta por dispositivos de estado sólido, para la iluminación se adquirieron unos 572 reflectores llamados leds, con un prisma que permite la combinación de 16 millones de colores, una de las innovaciones que se le incorporaron fueron los efectos sonoros, que en sincronización con los 287 chorros de agua generan una acrobacia acuática con sonoridad algunas de nuestras mas significativas piezas musicales. Además esta versión cuenta con un novedoso programa de seguridad que permitirá hacer llamados de atención por los altoparlantes a quienes osen cruzar la cerca. En cuanto a la teoría de la restauración aplicada en esta obra, consideramos que no existe como tal, sino una nueva obra casi replicada del mismo artista, en una ubicación emblemática exacta a la anterior.

Colón en el Golfo Triste, de Rafael de la Cova: la restauración de esta obra no se ha iniciado, y pareciera que por representar valores diferentes a los políticamente correctos está condenada a quedar como ruina. Esta obra dentro de las teorías de la restauración y debido a lo que ha sucedido con su proceso de restauración, ilustra lamentablemente la teoría propuesta por Ruskin, quien tiene una fascinación por la ruina, por la evidencia del paso del tiempo y de las acciones humanas en una obra. El equipo coordinador del conjunto de Plaza Venezuela decidió que Colón no regresaría a su lugar, anunció que la estatua sería entregada a la Galería de Arte Nacional después de su restauración, admitió que se le reconoce como obra de arte, pero que no merece ser recolocada en su pedestal original. Supuestamente un patólogo se encuentra trabajando en ella “…para que nos de recomendaciones que permitan preservarla en el tiempo, debido a que la pátina que protege el bronce de la estatua sufrió daños cuando fue arrastrada, pero quiero insistir que no estamos restaurando la obra porque se trate de Colón, sino porque es una obra de arte…” “…pero obviamos su simbología, porque nuestro interés es rescatar nuestra cultura indígena” son estas las palabras textuales de la persona que coordina la comisión restauradora. Lo que se resume en que la obra no será devuelta a su espacio urbano, sin importar la relevancia histórica, social y cultural que la misma implica.

Del conjunto urbano y su resolución espacial.

Las acciones para recuperar el conjunto fueron además de rescolocar el paisajismo original y mejorar la iluminación, trabajar en el aspecto de seguridad. Para preservar la seguridad del conjunto se instaló un comando de la Guardia Nacional y otro de la policía a fin de preservar la integridad de las obras restauradas tanto del saqueo como del mal uso de las mismas.


Este conjunto de obras relacionadas entre si, conforman una unidad de conjunto urbano, si bien en el diseño y la concepción del mismo pudieron existir caprichos, la relación y el diálogo entre las obras se produce de maneras particulares y únicas. En este diálogo también interactúa el ciudadano común que establece con ellas relaciones visuales, espaciales y referenciales, son precisamente estas relaciones las que se consolidan como identidad o sentido de pertenencia y que van conformando en la memoria colectiva una valoración por el entorno.


El sentido de conjunto es frágil y delicado, un desbalance en sus componentes o la ausencia de los mismos, puede afectar de manera irreversible las perspectivas urbanas. En el proyecto “Restauración Integral de las obras escultóricas de Plaza Venezuela y el Paseo Colón” se decidió no restaurar una de las obras del conjunto. Colón en el Golfo Triste es excluido de la restauración, sin importar las consecuencias para las perspectivas y memoria urbana.


La restauración del conjunto de Plaza Venezuela no estará completa o cabalmente terminada hasta tanto “Colón en el Golfo Triste” no vuelva a formar parte del conjunto artístico urbano, muy a pesar de los intentos de excluirlo de nuestra memoria forma parte de la identidad nacional.


Conclusiones

Respondiendo a nuestros cuestionamientos iniciales podemos decir; que el respeto y la consciencia social son valores que se promueven, pero que no se decretan. La presencia permanente de la policía como guardianes de las obras de Plaza Venezuela nos habla claramente de una carencia de valores, en los que prevalece la sanción sobre la razón.


Para crear consciencia social hace falta programas que humanicen y sensibilicen a la población, para convertirlos en ciudadanos, justamente el civismo es lo que hay que fomentar. Ciudadanos activos atentos y preocupados son los que pueden velar por la conservación de las obras, estos civiles que aprecian su entorno urbano lo valoran y lo sienten como propio, se identifican con el y lo protegen.


Son cuestionables los criterios o las políticas culturales que llevan a decidir no restaurar una obra en particular. No se pone en duda su valor estético, pero los demás valores que lo catalogan como monumento son menospreciados a favor de una posición ideológica diferente. Obras que cultural y socialmente son referentes urbanos, que nos hablan de un momento importante en la conformación de la ciudad, pensadas para el espacio urbano y que como testimonio histórico nos relatan un pasado -que aunque no lo aprobemos no podemos desaparecer, ya que forma parte de nuestra historia nacional- no deben ser excluidas por vacuos intereses.


Una política cultural que excluye los valores de una parte de la población, y que pretende imponer cultura (en este caso la cultura indígena) sobre la cultura metropolitana existente, no puede ser plural. Este tipo de criterios va en detrimento de un sentido de sociedad tolerante. Con acciones restaurativas excluyentes queda anulada la posibilidad de recuperar las perspectivas urbanas, afectando la visión de conjunto, interfiriendo y modificando la historia y la memoria urbana de la ciudad.

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Araya implora una fortaleza.


Las localidades, los asentamientos humanos y los recursos naturales narrados en un relato visual producido en el período colonial venezolano.


Resumen


En este ensayo analizaremos una imagen producida en el período colonial venezolano. La imagen corresponde a un mapa cuya autoría es de Andrés Rodríguez de Villegas, gobernador de Margarita en el siglo XVII. El mapa fue preparado para en una reunión en 1623, con vistas a discutir necesidad de la construcción de una fortaleza cerca de las salinas de Araya, que se encontraban en peligro de ser tomadas por los holandeses. En el mapa se encuentran fusionados elementos técnicos y descriptivos, se ilustra la fauna y topografía variada y abundante, la ausencia de elementos religiosos y los asentamientos humanos existentes, así como la actividad de extracción de sal realizada por los holandeses, todo esto en un relato visual y narrativo que combina ilustración de los acontecimientos con la explicación textual de los mismos.





Araya implora una fortaleza.

El hombre desde el principio de los tiempos ha sentido la necesidad de comunicarse expresivamente entre si, luego de los gestos, el habla, es plasmando con su propia mano lo que observa del entorno que le rodea y su relación con el mismo, uno de los lenguajes más antiguos y un modo efectivo de comunicación. A razón esto es que encontramos jeroglíficos realizados por nuestros antepasados, en los que se representaban los grandes mamíferos y sus actividades de caza. En la medida que el hombre ha evolucionado hemos mejorado nuestras técnicas de dibujo. El dibujo es la representación visual en un medio bidimensional. El dibujo ha evolucionado; se ha diversificado y clasificado según su tipo. El dibujo artístico se separa por su sentido plástico, de las representaciones más técnicas.

Las representaciones gráficas en la época colonial servían de práctico instrumento de comunicación. Federico Vegas en su libro El Continente de Papel habla de “… la técnica y el arte con los cuales España representó América, o mejor aún, las imágenes que Europa utilizó para entender y apoderarse de un nuevo mundo.” Describir los recursos, paisajes, habitantes, potencialidades de un nuevo territorio y que esto fuese entendido cabalmente, representaba un reto para los españoles colonizadores. El mejor modo bajo el cual esta comunicación se hiciese efectiva y se entendieran en el viejo continente las dimensiones de lo que se encontraba, en esta nueva tierra, antes desconocida, era la representación gráfica de lo existente. Empezaron a producirse entonces dibujos de diversa naturaleza, mapas y planos, que buscaban ilustrar a América. Esto refleja el sentido de aprehensión del territorio, que permitía además de su reconocimiento, su entendimiento.
Del mismo libro El Continente de papel tomaremos un dibujo que será el objeto de estudio para un análisis histórico-pictórico de una imagen producida en el período colonial venezolano. Esta imagen corresponde con un mapa de Araya. A continuación una breve explicación del autor acerca de este dibujo, tanto del universo representado y la técnica como de la situación europea del momento “…un mapa de Araya en el cual aparece un castillo cuya forma y técnica pertenecen al siglo XVI. El castillo aparece rodeado de un universo tan ingenuo y anecdótico, que resulta difícil aceptar que el dibujo está hecho por la misma persona, pero si pensamos que en la visión europea de América se complementaban y se oponen por mucho tiempo, entre otras etapas el Medioevo y el Renacimiento, admitiremos que debemos esperar conflictos e intercambios entre varias formas de representación” . Esta hipótesis es la que esperamos develar en el desarrollo del análisis de la imagen.

La imagen a analizar
La imagen de estudio corresponde a un plano realizado por el Gobernador de Margarita, Andrés Rodríguez de Villegas, fechado el 15 de mayo de 1623. Sus dimensiones son 533 x 817 mm, y reposa en el Archivo General de Indias, ubicado en Sevilla.

La imagen está compuesta por dos partes claramente identificadas, una de dibujo que constituye un 75% de la totalidad del mapa y una parte de texto escrito que conforma un 25% del mapa. Esto nos habla de la importancia que posee el texto y de lo que ahí se explica para la comprensión del territorio.

La zona representada en el dibujo constituye a la Península de Araya y su entorno inmediato (la Isla de Margarita y Cumaná). El contenido del texto así como la leyenda ha sido completamente trascrito para este análisis (ver anexo 1).



La zona representada y su importancia histórica.

El área representada constituye a la Península de Araya y sus entorno inmediato, desde la Isla de Margarita hasta el rió Bordones (ver anexo 2). Se aprecia la ciudad de Cumaná, el golfo de Cariaco, la ubicación propuesta del Castillo de Araya, las Salinas y en la Isla de Margarita se aprecia el Castillo San Carlos de Borromeo en Pampatar, la ciudad de Porlamar, una ciudad en lo que actualmente es Punta de Piedras y la Península de Macanao.

De la zona de Araya podemos destacar la presencia de una formación natural de sal marina, conocida como Las Salinas (ver anexo 3). Estas salinas ya aparecen reseñadas por Pedro Martir de Anglería a través de sus Décadas del nuevo mundo “…en aquella playa de Paria hay una región llamada Haraya que es notable por la fuerza de los vientos, empuja las aguas a una basta planicie que hay allí junto y, saliendo el sol, cuando se tranquiliza el mar, se coagulan en blanquísima y optima sal; y si acudieran allí pronto antes de que llueva podrían cargarse cuantas naves surcan el mar” .

En la época de la colonia la sal constituía el único modo de preservar y conservar los alimentos tanto para las largas expediciones colonizadoras, como para surtir de materia prima la industria conservera holandesa y europea. A partir de la separación de los Países Bajos de España, ocurrida en 1581, la corona española decide prohibir la extracción de sal por parte de los holandeses en sus territorios. Iniciándose esta prohibición en la península ibérica. Los holandeses previniendo esta limitación conformaron una flota numerosa de barcos, que en constantes expediciones de saqueo se abastecían en las Salinas de Araya. Esta situación preocupaba especialmente a los gobernadores de Cumaná (Diego Suarez de Amaya) y Margarita, ya que la presencia de embarcaciones y tripulaciones holandesas era situación cotidiana en las Salinas y representaba un lugar vulnerable en la integridad de los territorios conquistados.

Ante la constante presencia de holandeses, el gobernador de Cumaná propone el envenenamiento de la salina, ya que la custodia de la misma representaba una carga mayor en sus obligaciones. La idea de anegar la salina era la que representaba mayor consenso, sin embargo la corona española decide evaluar la situación y emprende el diagnóstico del área comprometida, a fin de encontrar otras opciones menos drásticas o más convenientes, para lo cual comisiona a Bautista Antonelli, quien llega a Cumaná en el año de 1604. A finales de ese mismo año regresa a Madrid con su informe, en el que recomienda “…la salina se vendrá á anegar toda hasta el cabo della y todas sus ensenadas…” y propone la construcción de una fortaleza en una pequeña elevación al borde de la playa. La anegación no llega a realizarse ya que existe una real diferencia de niveles entre la salina y el mar, que imposibilita esta acción.

Los siguientes 15 años fueron de relativa tranquilidad para el saqueo de la salina, ya que la resolución de la corona fue enviar a la zona flotas significativas que derribaran cualquier construcción realizada por los holandeses (barracas y entablaos), enfrentar y destruir sus embarcaciones. Esto pudo realizarse debido a que “… Los flamencos y holandeses y otras naciones que vienen solamente a cargar sal... vienen desarmadas y con poca fuerza, porque no traen más de quince o veinte hombres, cuanto les basta para marear las velas y cargar la sal…” . En 1620 los holandeses regresan a la Salina, esta vez con la firme intención de ocupar la zona y usar los recursos y las riquezas, conformando instalaciones para esa labor. Fueron numerosos los intentos de parte del gobernador de Cumaná y Margarita de mantenerlos alejados de los territorios españoles, sin embargo los holandeses eran consecuentes en su intención de tomar la Salina. Es por esto que en 1622 en la Junta de Guerra decreta la construcción de la fortaleza de Araya para lo cual se responsabiliza a Cristóbal Roda Antonelli quien fuera “el ingeniero mas antiguo y de mas alto rango en Cartagena” .

La inusual reunión

Cuando Bautista Antonelli hizo su primera recomendación, en 1604, se generaron apuntes, papeles, el levantamiento de la salina, plantas y descripciones del sitio escogido para la ubicación del castillo, toda esta documentación se encontraba en posesión de su hijo Juan Bautista Antonelli (encargado luego de la construcción del Castillo de la Araya), quien se reúne en Cartagena con su tío Cristóbal Roda (Ingeniero Jefe de la corona Española, con sede Cartagena y responsable del proyecto) en vísperas del inicio de la construcción. Deciden viajar a Araya para reunirse con los impacientes gobernadores de Margarita (Andrés Rodríguez de Villegas) y Nueva Andalucía (Cumaná) (Diego de Arroyo y Daza) para visitar la zona de la construcción.

Esta reunión, inusual por la procedencia de sus protagonistas, autoridades provenientes de diversos y lejanos lugares del imperio español realizada en una época en la que emprender un viaje de largas distancia era de por sí complicado, sobre todo si tomamos en cuenta que Juan Bautista Antonelli viajó desde Cartagena de Indias a Araya por tierra, se llevó a cabo en abril de 1623, y es la situación originaria de varios planos que fueron llevados a la misma como propuestas. El primero de ellos realizado en Cartagena por Cristóbal Roda y Juan Bautista Antonelli, en base a la información recopilada por Bautista Antonelli años atrás, en el que se proponía un castillo de forma irregular (ver anexo 4), el segundo firmado también por el Gobernador de Cumaná Diego Arroyo y Daza contenía una forma igualmente irregular (ver anexo 5) , y el tercer mapa presente en esta reunión, es el mapa a analizar por nuestra parte, fue realizado por el gobernador Andrés Rodríguez de Villegas. En el mismo se propone una fortificación de 3 baluartes, forma triangular copiada exactamente del Tratado de Teoría y Práctica de la Fortificación de Cristóbal de Rojas, que se presume era de conocimiento público y considerado lo más avanzado en materia de fortificaciones (ver anexo 6). Es la propuesta de Cristóbal Roda la que se decide construir por representar el mejor y más indicado proyecto. De esto da fe la última frase del texto de nuestra imagen, que sentencia y comenta el resultado de esta reunión “…Otra el ingeniero Cristóbal de Roda de 4 baluartes parecerte mejor” .

La técnica expresiva

Para hablar de la técnica bajo la cual está realizado el mapa, es necesario entender en el pensamiento reinante en la época y realizar una descripción crítica de lo representado en la imagen.

Lo primero que podemos observar es la orientación del mapa, a diferencia de los mapas actuales o cartografiados, este posee el oeste hacia arriba, lo cual indica el modo de aproximación por vía marítima a la zona representada, lo cual se producía por el este.

El mapa a analizar posee una dualidad de técnicas, es a su vez un dibujo que aspira ser preciso y técnico en cuanto a su figura principal y descriptivo e ingenuo en las demás representaciones. No deja de ser curioso que el único elemento escalado y técnicamente dibujado es el objeto central de la composición: la propuesta de la fortaleza para Araya, del cual se hace la acotación en el rótulo “…sus medidas se verán por el pitipie sólo para la fuerça” , el resto de los elementos parecieran representar a modo informativo, con una exagerada escala y con una técnica ingenua, las potencialidades y debilidades de la zona representada. Es igualmente importante la representación de múltiples focos que posee el mapa, en el que se representan en un mismo soporte representaciones en planta, en vistas laterales, en vistas aéreas y hasta en axonometrías de un mismo o varios objetos, con la intencionalidad de mostrar con diferentes puntos de vista una misma situación. La fortaleza, en planta técnicamente dibujada, contrasta con la organicidad y libertad del paisaje o de los asentamientos humanos expresados.

Federico Vegas en la introducción del capítulo en el que se encuentra este mapa sospecha de la factura unipersonal de este dibujo, presume que pudiese haber sido realizado por varias personas. Sin embargo defiende la coyuntura histórica del mundo en esa época, en el que la dualidad era imperante por encontrarnos entre el Medioevo y el Renacimiento. Es de nuestra opinión que el mapa sí pudo haber sido realizado por una sola persona y que las diferencias entre las diversas técnicas presentes, se deben a que la propuesta del Fortín es una copia del tratado y el dibujo de la zona de Araya es más experimental y producto de la experiencia en el conocimiento de lo que allí sucedía. Predominan en el dibujo del mapa las repeticiones de determinados elementos naturales o artificiales, y una tendencia a la representación ingenua de los elementos. Esto coloca en evidencia la poca experiencia que el gobernador Andrés Rodríguez de Villegas, poseía en las artes figurativas, dado que no era un especialista o ilustrador de oficio.

La repetición con pequeñas variaciones en los elementos dibujados, algunas representaciones humanas cambian de vestimenta conservando su forma, o de orientación y color en el caso de las representaciones animales, nos hacen recordar una revista dedicada al público infantil que en la década de los años 80 se distribuyó con mucho auge en Venezuela. Esta revista recibía el nombre de Kalkitos y “…se componía de un fondo o escenario alargado, de una hoja con los dibujos adhesivos que debíamos calcar sobre la cartulina del escenario y de una lámina de papel celofan que nos servía para calcar mejor el dibujo adhesivo. Nosotros sólo teníamos que poner un lápiz y nuestra imaginación para decidir donde colocar los personajes dentro de la historia.” . La idea de narración está presente a modo de cuento, relato dibujado, hoy conocidos como historieta (serie de dibujos que constituyen un relato), la historia se arma a partir de lo representado, de la interacción de los personajes y las actividades que realizan.





Acerca de la descripción de lo que se narra gráficamente en el dibujo.

Las localidades.


En el dibujo se pueden observar de manera clara los asentamientos humanos más relevantes del momento, como es el caso, describiendo de izquierda a derecha la imagen, de las poblaciones de la Isla de Margarita y Cumaná. Resalta, en la parte superior izquierda, a modo de ciudad amurallada con alta torre de observación Pampatar, con su Castillo San Carlos de Borromeo, cercano a él lo un caserío en lo que podría llegar a ser Porlamar, hacia el centro de la costa otro asentamiento de reciente fundación en Punta de Piedras y en la parte inferior de la isla, otro caserío en la Península de Macanao. Todos estos asentamientos dibujados a modo de axonometría, destaca en esta representación de las ciudades, la ausencia de cruces sobre las edificaciones u otro elemento que exprese a la iglesia.

En la representación de la Península de Araya, que es la zona que mayores dimensiones ocupa en el dibujo, se percibe una carencia absoluta de asentamientos formales, no existen casas, caseríos ni nada que acuse la permanencia. La descripción en el texto de esta zona como inhóspita y carente de agua dulce, podría ser la respuesta a esta ausencia. Sin embargo es importante acá la representación magnificada del Castillo de Araya, y de la Salina Grande.

Al lado derecho y en lo que corresponde con la costa se percibe e identifica el golfo de Cariaco y la ciudad de Cumaná con gran cantidad de edificaciones, de hecho es el asentamiento humano más denso representado en el dibujo. En las cercanías de Cumaná se percibe lo que serían poblados en las riveras de los ríos de Cumaná y Bordones, claramente identificadas en la leyenda del dibujo. Un poco mas arriba de la ciudad de Cumaná se observa, dibujado en planta, lo que suponemos es un Castillo de cuatro baluartes, con bandera en uno de ellos, cabe destacar que es lo único carente de color, además se encuentra suelto en el mapa, sin ningún tipo de leyenda o nomenclatura que aclare su función.

Las actividades humanas.

Las actividades humanas representadas en la imagen están directamente relacionadas con la naturaleza militar del mismo, se representan la movilidad de los grupos humanos, sus actividades productivas y de defensa.

De esta manera los habitantes de la isla de Margarita se muestran como atentos soldados que protegen la costa, rodilla en tierra y mano en fusil. Estos soldados comparten la isla con algunos indígenas dedicados a la caza con arco y flecha. En el lugar identificado como Guaranaboa se observa un navío sin sus velas, esta zona pareciera ser la zona de tráfico, un poco más trabajosa para el saqueo de la sal, pero igualmente una ruta alterna.

Destacan las representaciones de pares de navíos atracados en la costa de la isla, con sus velas abajo o sin ellas, lo cual nos indica que estas naves no estaban de paso sino que se mantenían asentadas en la isla, esto lo confirmamos con el dibujo de un ancla al lado de uno de ellos, en lo que se identifica como La Península de Macanao.

La mayor actividad humana se percibe en la representación de la zona de la Península de Araya, donde numerosos personajes transitan la obra, realizando diversas actividades: la extracción de la sal y el acarreo de la misma, así como la custodia de los navíos y otros parecen dar indicaciones sentados sobre grandes bloques rectangulares que presumimos son de la misma sal de la Salina.

Se observan personajes con diversos instrumentos que podrían ser picos y palas para la extracción de la sal, algunos de estos llevan suerte de botas y otros se observan descalzos, esto es relatado en el informe de Bautista Antonelli, resultado de su visita a Araya en 1604 “…Sacan la sal de estas naciones con picos y barretas, y luego la levantan con unas cuñas de hierro largas como quien saca piedras de una cantera. Solían ir a trabajar con botas de vagueta; pero la gran fortaleza de la sal les quemaba las botas y los pies, y de presente trabajan con zapatos y zuecos de palo, y con esto se defienden algo…” . El interior de la salina grande cuenta con tres embarcaciones de remos, en lo que parece ser la actividad de extracción.

En la zona central inferior del dibujo, en lo que representa al mar, se observa llena de barcos de diferentes dimensiones, siempre parecen ir en pares salvo alguna excepción, y dan la impresión de estar llegando a las salinas. En el área identificada como el surgidero se observan dos navíos con las velas abajo, los cuales están acompañados por embarcaciones de remos. En la costa: dos carretes que no logramos identificar su función.

En la parte superior derecha del dibujo, identificada como el golfo, se perciben dos pares de indígenas que parecen dedicados a la caza. En la zona del río de Bordones algunos navíos atracados buscando en barriles agua potable, estos barriles están siendo custodiados por personas armadas. Se aprecia también la actividad de la pesca mediante la utilización de redes.

Cabe destacar que la mayoría de los personajes corresponden a las mismas características formales, es decir son repeticiones con pequeñas variaciones de color o dimensión.

Los recursos naturales.

La representación del paisaje en este dibujo es muy importante y variada, se ilustra una diversidad de especies, tanto animales como vegetales, diferentes topografías, la existencia de recursos naturales indispensables para el ser humano como las fuentes de agua dulce.

Destacan como paisajes naturales el golfo de Cariaco y las Salinas, que son propiamente el objeto preciado y a destacar de este mapa. En el mar se observan dos islotes de pequeñas dimensiones correspondiendo a las islas de Coche y Cubagua. Entre las especies animales podemos encontrar; diversidad de aves, algunos de ellos de gran tamaño que podrían ser garzas, mamíferos domesticados de pastoreo (vacas, cabras u ovejas), de compañía como perros, mamíferos salvajes como venados y peligrosos jaguares, en el mar existen también peces. Con todo esto se vislumbra una enorme cantidad de recursos disponibles para la sobrevivencia en esta zona.


Conclusiones



En el contexto cultural de los territorios españoles del siglo XVII, y específicamente en el ámbito de la ingeniería militar y la construcción de fortificaciones para la defensa y protección del imperio, el análisis del mapa elaborado por Rodríguez de Villegas es significativo, pues nos permite reconocer la importancia estratégica que las salinas de Araya presentaban para el momento y la necesidad de impedir el acceso de otros países hacia ella. El mismo nos muestra las posibilidades de llegar hasta las salinas y su forma de explotación. Podemos además evidenciar las construcciones realizadas por la corona en la zona, la fauna y topografía de las costas de Margarita y del actual estado Sucre. La técnica empleada por el autor es ingenua, sencilla, y contrasta el paisaje en contraposición a la preeminencia de la fortaleza. Es de destacar a su vez el extenso texto que acompaña al mapa ya que revela importantes datos para el reconocimiento de la zona y da constancia de los resultados de la reunión para la cual fue realizado. Todo este mapa en su conjunto, nos remite a la visualización de un relato en el que la técnica gráfica sirve a la narración de lo que sucede en torno a la zona de Araya.






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