El Amor con Barthes
Capítulo V
Existe un gurú del sentimiento; Roland Barthes escribió: “Fragmentos de un Discurso Amoroso”, un texto que pretende conceptualizar los diferentes episodios de una relación entre Weither y … (no me acuerdo el nombre de ella), a través de una breve enunciación y una posterior narración, en la que los sujetos describen mediante diálogos -incluye en los diálogos a algunos de los más famosos pensadores- su paso o su vivencia de una determinada situación. Es un libro realmente fantástico, donde uno puede encontrar respuestas, o más bien preguntas, acerca de las relaciones interpersonales, no necesariamente amorosas, pero relaciones siempre.
Ausencia: todo episodio de lenguaje que pone en escena la ausencia del sujeto amoroso –sean cuales fueren la causa y la duración- y tiende a transformar esta ausencia en prueba de abandono.
Puedo asumir que ya estas curado, me alegra pensar que tu ausencia es debida a que aprendes a llenar tus vacíos o a vivir con ellos.
De cualquier manera ya sabes que mis hombros y mis oídos te acompañaran cuando los necesites.
Besos
Pd: te envío un intento de ensayo que escribí acerca de mi tema favorito Caracas.
Capìtulo VIII
Para continuar con Barthes, un capítulo entero que espero te acompañe hasta nuestro próximo encuentro, como espero que se quede en mí, el placer de tus caricias.
Besos
Ternura: Goce, pero también evaluación inquietante de los gestos tiernos del objeto amado, en la medida en que el sujeto comprende que carece de su privilegio.
1.
Musil
Zen
2. Si recibo el gesto tierno en el campo de la demanda, estoy colmado: ¿no es ese gesto como una síntesis milagrosa de la presencia? Pero si lo recibo ( y esto puede ser simultáneo) en el campo del deseo, estoy inquieto: la ternura de derecho, no es exclusiva; me es preciso pues que lo que recibo también otros lo reciben (a veces se me ofrece su mismo espectáculo). Donde tú eres tierno dices tu plural.
(“L… veía con asombro a A… hacerle a la camarera de ese retaurante bávaro, al pedirle su schinitzel, los mismos ojos tiernos, la misma mirada angélica que tanto lo conmovían cuando esos gestos le estaban dirigidos.”)
Musil: “El cuerpo de su hermano se estrechaba tan tiernamente, con tanta bondad contra ella, que ella se sentía reposar en él como él en ella; nada en ella se agita ya, nisiquiera su bello deseo” (L’homme sans qualités, II, 772).
Zen: vritti, para el Budista, es el curso de las olas, el proceso cíclico. Vritti es doloroso; solo puede ponerle fin el nirvana
Capítulo X
A petición del público, envío la secuela del cuento de Carver ¿por qué no Bailáis?. Creo que deberías leerlo, a fin de entender el ejercicio.
A Carlos le gustó mucho el título, me dijo que parecía de una novela.
Advertencia: cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia. Se reserva el derecho de autor.
Las fronteras entre la ficción y la realidad son límites imprecisos. La máquina de escritura como liberación del flujo esquizofrénico.
Muchos besos
Véase Pañito de mocos
Capítulo XVI
Ensayo en MUTTE
Un conjunto de palabras escritas, suelen ser más eficaces que unos torpes balbuceos, por esto, y para no dejar de intelectualizar, cosa que me es difícil hacer; mis palabras, mis gestos, mis verdades direccionadas, hoy.
Mutismo: El sujeto a. se angustia de que el objeto b. responda parsimoniosamente, o no responda a las palabras (discursos o cartas) que le dirige.
Es menos doloroso conocer, que vivir en la incertidumbre de una ignorancia obligada, no puedo saber nada que no me hayas dicho. Según Nietzsche la palabra más soez y la carta más grosera son mejores, puesto que son más educadas que el silencio. Háblame, ya que es la única manera que te conozca, que sepa que quieres, que aprenda de ti.
El silencio ahoga, la indiferencia tortura, y la ausencia desgarra.
Hoy no tengo clases, la pospusieron para mañana, quiero y necesito verte.
Besos
Capítulo XXVII
Una vez más escudo mi ignorancia amorosa, en un texto que pretende explicarme lo sucedido.
Alteración: producción breve, en el campo amoroso, de una contraimagen del objeto amado. Al capricho de incidentes ínfimos o de rasgos tenues, el sujeto ve alterarse e invertirse repentinamente la buena imagen.
Sin embargo, si debo decidir, te prefiero: Amigo, que ausente.
Llama cuando te permitas conversar, sabes que estaré para escucharte.
Muchos besos
Capítulo XXVII
Tus disculpas... las mías
Monstruoso: el sujeto se da cuenta bruscamente que constriñe al objeto amado en una red de tiranías: de piadoso se siente devenir monstruoso.
(El otro es desfigurado por su mutismo, como en esos sueños horrorosos en que una persona amada se nos aparece con la parte inferior del rostro íntegramente borrada, privada de su boca; y yo, que hablo, también estoy desfigurado: el soliloquio hace de mi un monstruo, una enorme lengua.)
Lamento que mi nick te molestará, nadie pregunto por él, nadie más que tú se sintió ofendido por mis palabras. Palabras que solo buscaban (como lo han hecho siempre) revelar un poco de mi interioridad y estado de animo a los otros. Disculpa si te ofendió. También reconozco que mi verbo hiere y que cuando estoy molesta suelo decir muy crudas verdades, sin medir lo que mis palabras pueden dañar al otro.
El sentimiento de incomodidad, al parecer fue mutuo, probablemente llevado por forzar un poco las cosas, por querer mantener la liga cada uno de su lado y por supuesto porque alguien tiene que ceder (y ninguno de los dos quiere hacerlo).
Yo me sentí un poco presionada con tus molestias constantes; me refiero a la intolerancia y el mal humor por que no me quedaba en tu casa entre semana, a que te molestaban mis mejores intentos de mensajes de texto mañaneros. También un poco, por no ver de tu parte, un poco de dar hacia que nuestros encuentros sucedieran. A tener que entender actitudes, que no entiendo o no me parecen de entender.
Presumo que quede herida de la semana pasada y buscaba excusas para molestarme. Digo presumo, porque realmente fue un acto inconsciente, del que me percate luego de una reflexión. En la que aparecieron molestias, por esa actitud escapista que se “soluciono” con una visita de mi parte y una buscada forzada. De seguro necesitaba hablarlo y eso no sucedió.
Quiero que sepas que me divertí mucho, me reí mucho, que pase momentos muy buenos, y que sobre todo te agradezco que me ayudaras a darme cuenta que abrir el corazón aunque duela, no mata. Que me diste la oportunidad de atreverme a querer, de buscar la llave que había botado intencionalmente hace tiempo. Devolviste ilusión, y aunque suene incongruente con nuestro escepticismo, a tener fe en que si puede ser, en que a lo mejor si existe y yo no me he dado tiempo y oportunidad de buscarlo.
Deseo realmente que el aprendizaje haya sido mutuo, y que te permitas conversar sobre cualquier otra cosa. Que la agradable tertulia no se detenga. De seguro somos mejores amigos, que “noviecitos”.
Muchos Besos
Te quiero
Compilación mayo 2005
1 comentario:
qué bellas cartas...me hacen sentir que no he sido la única que se queda solitaria y enamorada...muy bellas.
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